Ir al contenido principal

Entradas

Mostrando entradas de marzo, 2013

Aprendiendo a mamar

Recuerdo en el momento posterior de parir que la matrona me sugirió que te pusiera ya al pecho. Yo andaba algo aturdida, aún por los pujos del parto, pero no sabía como colocar tú carita hacia mi pezón. Y eso que había estado empapandome bien durante todo el embarazo de cada nueva necesidad. Ante mi gran duda de no saber hacerlo bien, pedí consejo a la matrona. Ella amablemente me pidió permiso para tocarme el pecho, después de haberme estado manipulando poco más de una hora mi zona interior íntima, me hizo gracia aquella mujer. Así que me estímulo un poco el pezón con sus manos para que cogiera forma de tetina y así poder ofrecerte los calostros (que viene a ser unas mini dosis de grasa extra para que medio te repongas mientras a mi me da la subida de la leche). Allí estábamos los dos intentando comunicarnos por primera vez en el mundo exterior en la camilla del hospital mientras papá tecleaba su blackberry a toda prisa para mantener a los familiares al tanto de la nueva situación

¿Llorar o brazos?

Cuántas veces me he formulado la misma pregunta en un mismo dia. No sé qué te pasa, necesito al menos una pista. Lloras y lloras.... y se me parte el corazón de oirte así de desesperado, entonces te cojo de tu cunita y te abrazo fuerte contra mí, BINGO! ya se han pasado todos tus males cariño!. Me alivia darte ese consuelo con solo tenerte cerca, que acción tan sencilla y a la vez tan efectiva, es un remedio barato que compensa infinitamente con tu aroma y ternura. Después de una sesión de balanceos y de cantos, veo tus ojitos cerrar, como un angelote! -pienso- es buen momento de organizar y limpiar la casa (aunque esté extremadamente agotada, tengo que hacerlo sino mañana será el doble y las visitas para conocer a la nueva personita son diarias). Apenas me he colocado el delantal cuando oigo tu llanto otra vez ¡ay dios, no puede ser verdad! acudó en tu busquedad y llorás desconsoladamente. Te tranquilizo desde tu cuna y parece que apacigua tu mal, pero sigues intranquilo, vuel